Importancia de las alianzas
la mirada del experto

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La visión de una red social
Importancia de las alianzas para el Desarrollo Sostenible
  • Consuelo Morillo
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Consuelo Morillo

Abogada. Maestría en Trabajo Social de la Universidad de Montreal, Canadá (Opción Organización y Desarrollo de la Comunidad). Con experiencia en funciones gerenciales, de asesoría y capacitación en el campo del desarrollo social en instituciones públicas y privadas. Entre las funciones ejercidas destaca la labor prestada en Fundación Empresas Polar, durante el lapso 1979-1997, como Coordinadora de Programas Socioeducativos y al frente de la Gerencia Social. Desde 1995 es directora-coordinadora de Redsoc.

El desarrollo sostenible solo es posible alcanzarlo si diferentes actores personas, grupos u organizaciones establecen alianzas, se unen en función de objetivos comunes y establecen puentes. Para las redes que articulan organizaciones de desarrollo social las alianzas tienen una importancia vital.

Origen y concepto de la palabra alianza

 

La palabra “alianza” proviene del verbo “aliar” que significa unión entre dos o más partes y el concepto abarca tanto la unión en sí como también su resultado. Al ser un acuerdo entre dos o más partes incluye no solo la intención de lograr un objetivo entre varios, sino también la acción a desarrollar y la definición previa de intereses y recursos que cada quien se compromete a aportar para el logro del resultado.

La Alianza y el Contrato son dos fórmulas a las que recurre Adela Cortina, intelectual española que ha producido varios libros en los cuales subyace el tema de la ética, para entender los vínculos humanos interpretados por dos parábolas: la del Génesis (alianza) y la del Leviathan de Hobbes (contrato)1. A diferencia del contrato que se encuentra a la base de la comunidad política (Estado), la alianza prevista en el Génesis parte del “reconocimiento mutuo” y de la identidad humana mediante el reconocimiento del otro.

El Estado proyectado por Hobbes en su obra Leviathan se basa en el acuerdo o contrato social en cualquiera de sus formas (monarquía, oligarquía o democracia), el cual se desarrolla como forma de supervivencia y tiene como objeto el control por el miedo al castigo.

Si bien los dos conceptos, “contrato” y “alianza”, son diferentes no son necesariamente opuestos ya que al interior de la alianza pueden darse contratos y viceversa, en una relación contractual puede haber alianzas como unión de voluntades de dos o más partes.

Hay muchos factores que pueden contribuir al éxito de las alianzas, pero algunos de ellos han sido reconocidos por la literatura sobre el tema, tales como la excelencia de cada una de las partes que integran la alianza, los objetivos de largo plazo, el aporte de cada uno a la alianza, la confianza mutua y el liderazgo creativo que lleva a la innovación, lo cual define una estrategia de “coopetencia” en lugar de la competencia, lo que significa unir esfuerzos para ampliar el mercado y competir en un “espacio” de mayores dimensiones. Esto se relaciona con el concepto de alianza estratégica en la cual dos o más partes se unen con un objetivo de largo alcance, es decir, a largo plazo, con un horizonte de crecimiento para todos.

Importancia creciente de las alianzas en las reuniones de Naciones Unidas

Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, ante la amenaza de una guerra nuclear, cincuenta países firmaron la Carta de esta nueva asociación, el 26 de junio de 1945, como un gesto de reconocimiento de la necesidad de aliarse para mantener la paz y la estabilidad mundial. Esta alianza de países estuvo, desde un inicio, conformada por los Gobiernos de los cincuenta Estados firmantes. Pero ya se había reconocido, desde la década de los años cuarenta, la existencia de un universo amplio de instituciones y organizaciones que tenían como elemento común su no pertenencia a ámbitos gubernamentales, por lo cual se les denominó Organizaciones No Gubernamentales (ONG).

Desde el inicio, Naciones Unidas reconoció el papel de las ONG y de la sociedad civil y así se consagró en el Artículo 71 de la Carta, donde se estableció que “El Consejo Económico y Social podrá hacer arreglos adecuados para celebrar consultas con organizaciones no gubernamentales que se ocupen en asuntos de la competencia del Consejo. Podrán hacerse dichos arreglos con organizaciones internacionales y, si a ello hubiere lugar, con organizaciones nacionales, previa consulta con el respectivo Miembro de las Naciones Unidas”.

Esta declaración dio lugar al reconocimiento de las ONG como entidades consultivas, con carácter general o especial ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, y con estatus de Asociadas al Departamento de Información Pública, las que llevan a cabo programas de información sobre asuntos de interés para las Naciones Unidas.

Naciones Unidas ha reconocido la importancia de las alianzas en las diversas Cumbres realizadas. De particular importancia fue el reconocimiento manifestado en la llamada “Cumbre de la Tierra”, celebrada en Río de Janeiro en junio de 1992.

De manera que las alianzas entre las ONG, como organizaciones civiles sin fines de lucro con la asociación de Estados que conforman Naciones Unidas, se dieron desde el inicio de esta importante organización internacional.

Por otra parte, Naciones Unidas ha reconocido la importancia de las alianzas en las diversas Cumbres realizadas. De particular importancia fue el reconocimiento manifestado en la llamada “Cumbre de la Tierra”, celebrada en Río de Janeiro en junio de 1992, en la cual se proclamaron 27 principios basados en objetivos, entre los cuales se señaló “el objetivo de establecer una alianza mundial nueva y equitativa mediante la creación de nuevos niveles de cooperación entre los Estados, los sectores claves de las sociedades y las personas”.

Diez años después, en la “Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible”, celebrada en Johannesburgo en septiembre de 2002, se reconoce el valor de las alianzas cuando se afirma que “Todos los Estados y todas las personas deberán cooperar en la tarea esencial de erradicar la pobreza”. Allí se subrayaron la erradicación de la pobreza, la protección del medio ambiente y el derecho al desarrollo, en concordancia con las necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras, así como la importancia de promover la solidaridad humana, fomentar el diálogo y la comprensión mutua entre las civilizaciones y los pueblos del mundo, entre los principios que fundamentaron la declaración. El concepto de sostenibilidad colocó en el centro del desarrollo la satisfacción de las necesidades, tomando en cuenta lo ambiental, lo económico y lo social, y la necesidad de universalización y aplicación efectiva de los derechos humanos para todos, así como los derechos de la naturaleza.

Si bien la reunión de Johannesburgo fue considerada un hito en el concepto de alianzas para el desarrollo sostenible, en la “Cumbre del Milenio” celebrada en el año 2000, en Nueva York, se incluyó el Objetivo Nº 8, crear una alianza mundial para el desarrollo, para que los Estados Miembros alcanzaran compromisos concretos centrados, en particular, en los ámbitos del comercio, la asistencia oficial para el desarrollo, la deuda externa, los medicamentos esenciales y la tecnología.

En la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible, en Nueva York, en 2015, los Estados Miembros de la ONU aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual incluye un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático. El Objetivo 17 justamente está centrado en las alianzas mundiales y la cooperación, como asistencia oficial para el desarrollo, a fin de estimular el crecimiento y el intercambio comercial, mejorar el acceso a la tecnología y los conocimientos como una forma importante de intercambiar ideas y propiciar la innovación. La finalidad de los objetivos es mejorar la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur, apoyando los planes nacionales. Fortalecer la solidaridad global es, pues, uno de los 17 Objetivos Mundiales de la nueva Agenda para el Desarrollo Sostenible.

Redsoc y las alianzas

Desde su conformación en 1995, la Asociación Civil Red Venezolana de Organizaciones para el Desarrollo Social – Redsoc nace como producto de una alianza entre Organizaciones de Desarrollo Social – ODS, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y Organismos del Estado como el Ministerio de la Familia, a raíz de la Cumbre Mundial de Desarrollo Social celebrada en Copenhague en marzo de 1995, con el valioso apoyo de una fundación empresarial como Fundación Polar (hoy en día Fundación Empresas Polar).2

Desde entonces, convencida de la importancia de la actuación en redes como un nuevo modelo de gestión, Redsoc ha venido promoviendo un espacio de articulación intersectorial, denominado Red Social, en el cual participan organizaciones sin fines de lucro con programas de acción social en las más diversas áreas, dirigidos a niños, niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres, familias y comunidades en Venezuela. La misión de Redsoc es “Vincular ODS para el mejoramiento de la calidad de vida de la población en Venezuela” y aspira, según su visión, “Ser líder en integración de ODS”.  Así, el objetivo institucional de Redsoc está fuertemente vinculado a reforzar el tejido institucional, para un cambio determinante en la calidad de vida de la sociedad venezolana por la vía de la cooperación y de las alianzas.
(Fuente: Código de Ética de Redsoc).

Consciente de la importancia, para sus afiliadas, de las alianzas con los organismos internacionales, Redsoc solicitó y obtuvo la acreditación ante Naciones Unidas, como Asociada al Departamento de Información Pública desde el año 2007 y como entidad Consultiva Especial ante el Consejo Económico y Social desde el año 2008.

Muchos han sido los proyectos y acciones ejecutados en los veinte años de existencia de Redsoc, con importantes organismos tales como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Unión Europea, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) –en el cual participa como miembro del Consejo Consultivo de Sociedad Civil (ConSoc)– y empresas como Microsoft, la Consultora T4C y organizaciones de corte empresarial como Alianza Social de Venamcham y Fundación Mercantil.3

En ese recorrido, las alianzas han permitido consolidar una acción institucional de apertura de espacios al fortalecimiento de las Organizaciones de Desarrollo Social, permitiéndoles vincularse entre sí y con otros actores, en la búsqueda de caminos para la erradicación de la pobreza y de innovar, frente a los retos que como país hemos venido enfrentando hasta llegar a la compleja situación actual, donde se hace imprescindible trabajar en alianzas para superar la crisis que hoy confrontamos. Razón por la cual las Organizaciones de Desarrollo Social afiliadas a Redsoc miran el futuro con optimismo y abordan el reto de construir un país a la medida de sus sueños y esperanzas, con la vista puesta en las nuevas generaciones que, de hecho, están asumiendo ese reto.

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Referencias

Cómo lo hacemos
Fundación Empresas Polar

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La experiencia de Fundación Empresas Polar
Importancia del trabajo en alianzas
  • Laura Díaz
  • Gerente de Programas Institucionales
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Laura Díaz

Industriólogo (1995), especialista en RRHH (2006), ambos títulos obtenidos en la Universidad Católica Andrés Bello. 12 años de experiencia profesional en Empresas Polar; los primeros seis años en el área de recursos humanos de la organización y desde el año 2009 en Fundación Empresas Polar. Actualmente se desempeña como gerente de Programas Institucionales de la fundación, entre cuyas responsabilidades se encuentran la producción editorial, el programa de donaciones y la generación de alianzas.

La historia –la de Fundación Empresas Polar o la de cualquier organización– está llena de ejemplos de cómo las grandes obras no son producto casual de esfuerzos, ideas o logros individuales. Al contrario. Detrás de cada propuesta importante, seguramente hay la comunión del esfuerzo de varios, es decir, hay un trabajo en alianza.

Para Fundación Empresas Polar no es extraño trabajar en alianzas; en nuestros casi 40 años, los ejemplos son muchísimos, y ello nos ha confirmado el enorme potencial de talento y la intención firme y decidida de una gran cantidad de organizaciones que quieren trabajar por, con y para Venezuela. Seguimos firmes en nuestro propósito estratégico de ser una fundación empresarial que busca instalar capacidades en la población, emprender acciones y generar conocimientos que puedan incidir en políticas públicas. En este sentido, identificamos y promovemos alianzas que fortalezcan este, nuestro rol, y que generen tejido y capital social. Trabajar en alianzas es tener la certeza de que el resultado del trabajo en conjunto es mucho más poderoso que el resultado individual de cada una de sus partes. El resultado de un trabajo en alianza se podría definir con la siguiente fórmula: El resultado de 1 + 1 es mayor que 2.

Al lector no le parecerá tarea fácil: ciertamente no lo ha sido y no lo es. A lo largo de nuestra historia, son muchos, por no decir todos, los casos de éxitos y de aportes determinantes para el país, que han sido logrados a través de alianzas, en todos los ámbitos de la vida nacional, y según nuestra estrategia y focos, los cuales fueron desarrollándose y evolucionando. Me gustaría poder aprovechar para mencionar algunos ejemplos relevantes. En el año 1982, junto a la C.A. Metro de Caracas, se diseñó la campaña educativa de mantenimiento y limpieza de nuestro recién inaugurado Metro, que seguro todos recordamos; en 1985, Fundación Empresas Polar lidera, en alianza con el entonces Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables, un programa de actividades en estudios, investigaciones y proyectos para la toma de decisiones en la cuenca del lago de Valencia, con ocasión de las reiteradas inundaciones y el crecimiento del nivel del lago. Igualmente, y fieles a nuestra creencia en el trabajo en alianza, propiciamos espacios y encuentros para que otros también trabajen en alianzas. Tal es el caso del apoyo a la creación de la Red Venezolana de Organizaciones para el Desarrollo Social, Redsoc, en la que la propia fundación se perfila como una “plataforma de encuentro para actores involucrados en los temas de interés social”(1). En este sentido, también la fundación lidera el nodo venezolano de la RedEAmérica, iniciativa que agrupa fundaciones y organizaciones privadas de América Latina.

En 1988, realizamos una alianza muy significativa con el sector público nacional, específicamente con el entonces Instituto Nacional de Nutrición, para publicar las Hojas de Balance de Alimentos (HBA) que evidencia el análisis evolutivo de la dieta de los habitantes promedio venezolanos, con especial énfasis en la dependencia externa de calorías y nutrientes. A finales de los años noventa, materializamos una alianza con la Universidad Católica Andrés Bello, para iniciar el programa de Gerencia de Administración de Centros de Salud. Y más recientemente, y con la misma UCAB, hemos identificado oportunidades importantes de trabajar en conjunto, y tenemos actualmente activados la tercera cohorte del Diplomado en Gerencia Educativa y Comunitaria y el Programa Gerencial para Organizaciones Comunitarias. Con esta institución también hemos conseguido se certifique la formación de un programa que ha acompañado a la fundación a todo lo largo de su historia: los Talleres de artes plásticas y música Maltín Polar.

El trabajo en alianza, parte de nuestro ADN

A inicios de este siglo, materializamos alianzas muy importantes para la educación en ciencias en el país, es por eso que en 2004, junto al diario Últimas Noticias, publicamos una serie de fascículos encartables en diarios de circulación nacional con temática científica, y desde 2005, Fundación Empresas Polar patrocina de manera muy importante la Olimpíada Matemática en sus dos versiones: recreativa y juvenil, apoyando a la Asociación de Competencias Matemáticas (ACM) y a la Fundación para el Desarrollo de Competencias Matemáticas (Fundecom).

Actualmente, y dentro de nuestro programa de donaciones en salud la posibilidad de ayudar a venezolanos que padecen enfermedades críticas sería imposible sin la existencia de las alianzas que tenemos con otras organizaciones con las que compartimos la preocupación por la salud de los venezolanos.

Los hechos hablan por sí mismos: el trabajo en alianza forma parte de nuestro ADN y nos ha acompañado desde nuestros inicios. Tal vez es preciso decir que nos gusta hacer las cosas con otras instituciones, a las que nos unen filosofía y estrategia, y en las que nos vemos complementadas en fortalezas y competencias.

En resumen, eso es lo poderoso de las alianzas: nos permiten potenciar nuestras fortalezas y generar valor junto a otros que aportan competencias nuevas, creando beneficios para ambas partes y, mejor aún, para un tercero. Adicionalmente, ocurre una transferencia virtuosa de conocimientos y prácticas.

La teoría que trata los temas de alianzas en organizaciones como la nuestra, taxativamente define como una medida de éxito incuestionable la generación de políticas públicas. En situaciones deseables, nuestro trabajo y el resultado de nuestra gestión e investigaciones, debería ser puesto al servicio de la nación venezolana, así como las naturales alianzas entre sector público y privado. Lamentablemente, no es un resultado que podamos mostrar con orgullo en los actuales momentos. Sin embargo, esta realidad no nos detiene ni nos desanima, al contrario, nos impulsa a seguir haciendo cada vez mejor nuestro trabajo.

Referencias
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Las redes
Espacios para la promoción del desarrollo sostenible
  • Evelyn Pimentel
  • Especialista de Formulación y Evaluación de Proyectos
    Línea programática Fortalecimiento comunitario
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Evelyn Pimentel

Ingeniero de Sistemas egresada de la Universidad Metropolitana. Cursó estudios de posgrado en Gerencia y Planificación del Desarrollo Social en la Universidad de Gales en el Reino Unido (1997), diplomado en Responsabilidad Social Empresarial en la Universidad Metropolitana (2007). Más de 20 años de experiencia en gestión de programas de responsabilidad social empresarial, diseño y evaluación de programas comunitarios, y fortalecimiento de redes de organizaciones sociales y empresariales en América Latina. Representante principal del nodo de Venezuela en la junta directiva de RedEAmérica.

Las redes son espacios ideales para la promoción del desarrollo sostenible, en la medida en que buscan ser puntos de confluencia donde se encuentran diferentes actores de la sociedad que comparten intereses, tienen objetivos y beneficiarios comunes.

Para que el desarrollo sostenible sea posible, los diversos actores de la comunidad, los líderes comunitarios, las organizaciones de base, los gobiernos y las empresas, deben participar activamente y aprender colectivamente en espacios institucionalizados de diálogo y concertación, generar acuerdos que orientan la visión y guían las actividades que hacen posible el desarrollo sostenible en los territorios. Es la corresponsabilidad el norte que orienta las acciones de Fundación Empresas Polar en este tema, el ser partícipe activo de los procesos de desarrollo en los territorios y promotor del acercamiento entre todos los actores.

Las redes han sido los espacios más idóneos para la promoción de estos procesos a diferentes niveles. Las redes existen para vernos y reconocernos en nuestra diversidad y complementarnos. Tienen que ver con complementariedad, integración de experiencias, dejarse impactar por la visión de otros; con apertura, trabajo en equipo y sinergia, capacidad de escucha, ejercicio y desarrollo de la confianza. Igualmente, para garantizar su permanencia, las redes deben generar valor agregado a sus miembros.

elementos fundamentales presentes en las redes promovidas por Fundación Empresas Polar

Construcción de relaciones basadas en la confianza mutua

La construcción de relaciones de confianza posibilita el intercambio de conocimiento y aumenta la capacidad de tomar decisiones en consenso, las cuales pueden conducir, con mayor acierto, a la obtención de los resultados que se quieren lograr colectivamente o a generar los cambios que se esperan, dado que toma en cuenta los distintos saberes.

Para promover la construcción de confianza es necesario romper los juicios que se oponen al aprendizaje colectivo, y lograr así aprender juntos, actuar de manera más cooperativa y crear un entorno en el que el aprendizaje pueda desplegar su potencial para generar conocimiento.

Un buen nivel de confianza mejora sustancialmente la comunicación, la colaboración, la ejecución, la innovación, la estrategia, el compromiso, la asociación y las relaciones con todas las partes interesadas. Los asuntos fluyen a partir de los acuerdos, los obstáculos se reconocen con mayor diligencia, los errores tienden a ocultarse menos, se habla sin rodeos, las expectativas de unos y otros están más alineadas y puestas sobre la mesa y, en general, se sabe con qué y con quién contar.

La participación, articulación y acción colaborativa

La articulación y el intercambio de prácticas y experiencias, de ideas y saberes, de propuestas y soluciones, es un aspecto clave para la construcción de lo colectivo. Esto se genera a través de la participación decidida y el establecimiento de relaciones de confianza que apunten a intereses comunes. En algunos casos, se subestima el hecho de participar y asumir responsabilidades en reuniones o actividades promovidas por las redes, y no es sino a través de la participación y el asumir proactivamente funciones y responsabilidades que una red funciona verdaderamente. Es un elemento que se repite y se observa en cada red. El sentido de pertenencia, el saber por qué estás y formas parte de una red debe siempre estar muy claro, y revisar regularmente si los motivos para permanecer en una red tienen suficiente fuerza. Una vez más, las redes nos llevan a conectarnos con relaciones honestas y transparentes de corresponsabilidad. Trabajo en red como medio y fin.

Gestión del conocimiento y comunicación

La gestión del conocimiento como un elemento clave en las redes para la promoción de la generación del aprendizaje colectivo entre los miembros y la contribución con el fortalecimiento de sus capacidades, no solo es el resultado de lo aprendido técnicamente, sino que también surge de la propia vivencia de los miembros y de sus reflexiones e interacciones con los otros y la realidad cambiante en la que está inmerso. Por ello, la relevancia de los diálogos y conversaciones como herramienta útil para construir la realidad, establecer acuerdos y generar nuevos aprendizajes.

Concretar esos diálogos, pareceres y vivencias en metodologías y conocimiento disponible para los miembros de una red y del colectivo, a través de la producción de documentos, casos de estudios y sistematización de experiencias, es igualmente un componente relevante a considerar para la gestión del conocimiento.

Otro aspecto fundamental para la gestión del conocimiento y la articulación entre sus miembros es la comunicación a través de los medios presenciales y virtuales. Reconocer las bondades de cada espacio de interacción y la progresiva expansión de la comunicación por medio de las redes sociales. Cada una de ellas aporta plataformas distintas que contribuyen al establecimiento de vínculos, de generación de confianza y posibilita la inclusión de los diversos grupos: rurales y urbanos, etarios (jóvenes, adultos y personas de la tercera edad), de raza, de credo y cultura.

El crecimiento de lo virtual supone la creación y construcción de un lenguaje y enfoque de acción homologado, distinto al medio tradicional de lo presencial.

TRES EXPERIENCIAS DE REDES
RECONOCIMIENTO DE LOS ROLES

Fundación Empresas Polar ha participado y acompañando tres experiencias de redes ejerciendo distintos roles bien diferenciados. Estas redes han surgido como un proceso natural de evolución y demanda de los actores involucrados, así como de las exigencias del entorno socio-económico de la región latinoamericana, nacional y local. Ha sido un factor crítico de aprendizaje en la participación de estas redes el saber ocupar su lugar, ejercer su rol y funciones desde la posición de una fundación del sector empresarial, así como respetar la misión y naturaleza de cada una.

Vale la pena destacar que al ser Fundación Empresas Polar una fundación del sector empresarial, se ha dado la tarea de aportar y ofrecer valores y elementos propios de la gestión empresarial en la gestión de las redes que promueve, siempre desde el respeto y la valoración de la diversidad.

RedEAmérica

Fundación Empresas Polar se incorpora como miembro fundador en el 2002 a la iniciativa de construir la Red Interamericana de Fundaciones y Acciones Empresariales para el Desarrollo de Base, RedEAmérica, junto con otras fundaciones del sector privado de la región latinoamericana. Hoy en día es una red temática dedicada a cualificar y expandir la acción empresarial para la promoción de comunidades sostenibles en América Latina y el Caribe. Un espacio para la cocreación de conocimiento y articulación de prácticas que contribuyan a la promoción de comunidades sostenibles enmarcadas en el enfoque de desarrollo de base.

Fundación Empresas Polar es miembro fundador y miembro de la junta directiva de RedEAmérica desde sus inicios, y promotor de la red en Venezuela. Su participación en esta red le ha permitido contar con una plataforma para compartir conocimientos y buenas prácticas, incorporar nuevos enfoques y metodologías en su quehacer social, desarrollar capacidades en su equipo de trabajo a través de la participación en talleres regionales, foros, asambleas y cursos virtuales de capacitación, dar visibilidad en Latinoamérica al compromiso social de Empresas Polar, generar contactos que han beneficiado a la fundación y a la empresa, entre otros.

En RedEAmérica, Fundación Empresas Polar interactúa con otros pares y homólogos del sector empresarial, de otros países de la región, donde comparte una visión y necesidades sentidas del mismo sector al cual ella pertenece. Esto le da un carácter diferenciador de las otras redes que promueve dentro de la concepción amplia de la Responsabilidad Social Empresarial.

A lo interno del país, Fundación Empresas Polar ha sido promotor de esta red en materia del desarrollo de base entre un grupo de fundaciones empresariales y empresas venezolanas a través de la construcción de un nodo, que aún no ha logrado consolidarse debido a la presencia de grandes altibajos y factores del entorno económico, social y político nacional. Sin embargo, esta experiencia le ha permitido a Fundación Empresas Polar contar con un know how (metodologías y experiencias) para el trabajo colaborativo con otras empresas, dentro del marco del compromiso social y el desarrollo de base. Esto sigue siendo un proceso de aprendizaje continuo.

Redsoc

Fundación Empresas Polar ha sido fundador, patrocinante y promotor, desde su creación en 1995, de la Red Venezolana de Organizaciones para el Desarrollo Social, Redsoc.  Como principal patrocinador de la red, la fundación entendió la importancia de apoyar este espacio de articulación, comunicación y cooperación de organizaciones de desarrollo social, entre ellas y con otros actores dedicados a la inclusión social y a atender las necesidades de los grupos más vulnerables del país. Redsoc nace en el seno de Fundación Empresas Polar, y al poco tiempo de ser creada decide que la red se apropie de su gestión y se independice de la gestión de la fundación. Se crea la asociación civil Redsoc como figura jurídica para coordinar la Red Social, como una nueva forma de gestión, dándole lugar a las voces de sus miembros para que tomen sus propias decisiones.

Hoy en día la red se ha consolidado, ha perseverado y crecido, ha innovado y sigue siendo cada vez más vigente el papel que juega en la promoción de las alianzas entre el sector privado, el Estado, la sociedad y las organizaciones de desarrollo social del país.

Para Fundación Empresas Polar ser patrocinador y promotor de esta red por más de 20 años ha significado acompañarlos de cerca, orientándolos cuando fuese necesario sin inmiscuirse en sus propias decisiones, entendiendo y respetando su agenda, y confiando en las capacidades de sus miembros.

Red Actívate y Construye

Fundación Empresas Polar planificó, diseñó, estructuró y organizó la creación de la Red Actívate y Construye en el año 2013, como un espacio de articulación para que las comunidades puedan intercambiar  buenas prácticas, generar conocimientos, fortalecer capacidades, promover y compartir experiencias con otras organizaciones y entes públicos y privados, nacionales e internacionales que potencien los esfuerzos en la búsqueda de un objetivo común: contribuir al bienestar y desarrollo sostenible de las comunidades.

Fundación Empresas Polar asume el rol de patrocinador y promotor de este espacio y administrador de una plataforma virtual amigable y atractiva, que permite la promoción y difusión de las experiencias comunitarias de sus miembros. Se ha convertido en una vitrina para cooperantes, empresas privadas, organizaciones de desarrollo social que tienen interés en apoyar a las comunidades organizadas a través de las iniciativas específicas que ellas desarrollan en las localidades donde hacen vida.

Participar activamente en esta red ha significado para Fundación Empresas Polar un mejor entendimiento de las realidades locales y organizativas dentro de cada comunidad, así como una vía directa para trabajar de forma conjunta en el fortalecimiento de las capacidades colectivas de las organizaciones comunitarias a nivel nacional.

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Elementos clave