Participación comunitaria
la mirada del experto

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¿Nacimos bajo el signo de la democracia participativa?
LA PARTICIPACIÓN COMUNITARIA EN VENEZUELA
  • Arturo E. Peraza C. s.j.
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Arturo E. Peraza C. s.j.

Sacerdote miembro de la Compañía de Jesús. Provincial de Venezuela desde el año 2010 hasta 2016. Doctor en Ciencias Políticas (Universidad Central de Venezuela, 2008), abogado (Universidad Católica Andrés Bello), defensor de Derechos Humanos, profesor universitario, vicecanciller de la Universidad Católica Andrés Bello, párroco del barrio San Blas de Petare.

“El elemento central de la participación es la interacción organizada en función de la colaboración. Se refiere al modo como el ser humano, en esta sociedad contemporánea de carácter complejo, actúa no como objeto sino como sujeto y en cierta medida como corresponsable en las decisiones sociales.”

En los libros de primaria de Historia de Venezuela, se representaba una gráfica del momento inicial de nuestra vida como república independiente, bajo el acápite de “19 de Abril, Grito de la Independencia”. En ella aparecía la figura de un pueblo agolpado bajo un balcón, sobre el cual se hallaba el hasta entonces capitán general de Venezuela, Vicente Emparan, quien era rechazado por el pueblo bajo una suerte de plebiscito público. ¿Nacimos bajo el signo de la democracia participativa? Para desarrollar este artículo haré unas breves consideraciones teóricas sobre la democracia participativa y sus requisitos; luego intentaré señalar algunas prácticas tanto en positivo como limitaciones en la experiencia venezolana, para concluir con algunos retos.

Comprender la democracia participativa

En general, el discurso sobre la participación no se detiene en su definición, ni especifica claramente qué hemos de entender por participar. En ese sentido, defino la democracia participativa como el modelo democrático sustentado sobre la participación ciudadana, en la cual los ciudadanos y la sociedad civil, en cuanto tales, influyen, con base en la deliberación y la decisión, en la dirección del Gobierno. Esto lo hacen en virtud de los intereses sociales de los que son portadores y por el derecho que nace de estos intereses a estar informados, a ser consultados, a gestionar y a controlar las decisiones públicas, con la finalidad de ampliar y hacer realidad la libertad ciudadana y la justicia social como inclusión.

Defino la democracia participativa como el modelo democrático sustentado sobre la participación ciudadana, en la cual los ciudadanos y la sociedad civil, en cuanto tales, influyen, con base en la deliberación y la decisión, en la dirección del Gobierno.

Muchas veces la democracia participativa ha sido interpretada como una vuelta pura y simple de la democracia directa, pero en una sociedad compleja como la actual esta idea termina siendo una manipulación, para ser en realidad una estructura de democracia indirecta (donde se dan elecciones de segundo y tercer grado), democracia plebiscitaria o referendaria, donde la población participa solo como masa. El elemento central de la participación es la interacción organizada en función de la colaboración. No se trata de decir simplemente que las personas toman parte en la vida social, pues esto ha sido así desde que existen relaciones comunitarias. Se refiere al modo como el ser humano, en esta sociedad contemporánea de carácter complejo, actúa no como objeto sino como sujeto y en cierta medida como corresponsable en las decisiones sociales. La participación es un medio de profundizar la comprensión del hombre como ser libre, con derecho a expresar su parecer e incluso influir sobre lo que es común a todos. Es un mecanismo que intenta superar múltiples modos de exclusión del ser humano, incluso de aquellos mecanismos que buscan rescatar al hombre de su situación de carencia, pero lo convierten en objeto de caridad. El valor propio de la participación es la dignificación del ser humano en su ser libre y abierto a la solidaridad con los otros. La participación afirma la libertad no en su sentido negativo, sino en su sentido relacional. Somos libres con los otros y no contra los otros.

La participación democrática es un proceso que tiene fases. Requiere que frente a un determinado problema haya un proceso de información, luego una fase de deliberación, que va generando las opciones sobre las cuales se van logrando consensos, hasta llegar a un conjunto limitado de opciones sobre las cuales puede haber decisiones, ya sean consensuadas o votadas. Este modo busca como finalidad última lograr una verdadera inclusión. Por requerir un proceso deliberativo es que la democracia participativa necesita de un diálogo permanente entre los que deben participar: los ciudadanos, sus asociaciones y el Estado en cualquiera de sus niveles. La democracia participativa no pretende sustituir a los representantes (gobierno, legisladores, etc.), sino establecer con los mismos mayores canales de comunicación que permitan una mejor y más clara toma de decisión.

El fundamento de la participación se encuentra en que los ciudadanos son portadores de intereses sociales, que más allá e incluyendo su interés particular, el ciudadano es portador de intereses de la colectividad de la cual él forma parte. Esta colectividad puede ser geográfica (un barrio, edificio, urbanización, etc.) como de área de actividad (laboral, educativa, artística, etc.). Estos intereses lo conectan con las decisiones públicas que abordan y afectan estas dimensiones de su vida. De aquí nace el derecho a participar en la toma de decisiones.

La experiencia venezolana

Desde hace ya mucho tiempo hay diversas experiencias en Venezuela de organizaciones comunitarias que impulsaron la participación en diversas instancias. Así, experiencias cooperativas, asociaciones de vecinos, ONG y otras. Muchas fueron y han sido positivas. Por mencionar una que conocí directamente, Copalar (una cooperativa de productores cafetaleros en el estado Lara) logró exportar su producción a la Comunidad Europea, bajo los estándares de calidad exigidos por la Comunidad y ser exitosa en su comercialización. A pesar de esta y otras experiencias positivas, también se impuso el clientelismo político y con él, el control de las organizaciones civiles por parte de las organizaciones políticas partidistas, como fue el caso de muchas asociaciones de vecinos, dependientes de las líneas de los partidos a los que terminaban adscritas.

Con la Constitución de 1999 se buscó ampliar y darle mayor fundamento a este proceso participativo, pero los males que aquejaron a las organizaciones de la sociedad civil de entonces no hicieron otra cosa que agravarse. La experiencia de participación a través de diversas organizaciones creadas a lo largo de estos años del llamado proceso revolucionario, no fueron más que instancias capilares del partido de gobierno y del mismo Estado, incluso se destruyeron experiencias cooperativas exitosas como la de Copalar. Esta realidad de dependencia es aún mayor con los consejos comunales, que parecen tener una doble naturaleza, pues son organismos casi para-estatales que reciben fondos del Estado para su existencia y pretenden a la vez ser expresión de la sociedad civil que por su naturaleza es plural e independiente del Estado. Debo aclarar que una cosa es que el Estado tenga convenios, o colabore con organizaciones civiles y otra que ellas sean totalmente dependientes del Estado en su subsistencia.

Así pues, las experiencias de organización social en Venezuela están hoy profundamente atravesadas por la polarización política, negando de esta forma su razón de ser. Deja como saldo la sensación de ruptura del tejido social y la necesidad de recrear nuevas organizaciones que en realidad sean genuinamente civiles y populares.

Retos del proceso venezolano

Alcanzar una real democracia participativa supone fortalecer el tejido social, lo que a su vez implica que las organizaciones comunitarias logren mayor vinculación con los intereses comunitarios y se independicen de intereses ajenos a ellas (como los de los partidos). Para ello se requiere procesos de formación en identidad, valores y también brindarles herramientas para que puedan presentar proyectos de desarrollo en sus áreas de influencia, así como para hacer seguimiento y control del mismo. En nuestra experiencia, instancias como Fe y Alegría, con sus escuelas instaladas en espacios populares, parroquias, dispensarios en zonas populares son especialmente útiles para desarrollar programas de formación independientes en favor de la comunidad.

En esta dimensión de la formación, el aspecto de valores de las organizaciones civiles es la clave fundamental o piedra angular de todo el sistema. Aunque es un aspecto complejo de lograr, solo la creación de conciencia ciudadana de lo público, de los valores como pluralidad, diálogo, inclusión, consenso, derechos humanos y otros, harán posible una verdadera experiencia de participación ciudadana. Debe, de igual forma, cuidar el modo de acceso y fuente de recursos y los mecanismos de transparencia interna y externa en el manejo de los mismos, pues constituye una tarea vital. Todos estos elementos exigen procesos de acompañamiento por otras organizaciones independientes, con mayor fortaleza y trayectoria, y también por parte del Estado que permitan un sano desarrollo de estas instancias.

Debemos reconocer que estamos lejos de la meta trazada por el constituyente, que desde hace más de tres décadas es un anhelo de la sociedad. Pero entre aciertos y fallas estamos construyendo un modelo propio que esperamos nos vaya abriendo caminos de futuro.

Cómo lo hacemos
Fundación Empresas Polar

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¿Cómo lo hemos entendido desde fundación empresas polar?
Participación comunitaria y ciudadana
  • Daniela Egui
  • Gerente de Desarrollo Comunitario
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Daniela Egui

Lic. en Comunicación Social (1997), Universidad Católica Andrés Bello. Magíster en Gestión Cultural (2003), Universidad Complutense de Madrid. Especialista en RSE (2002), Universidad Metropolitana y en Inversión social privada para el desarrollo de base (2005), Tecnológico de Monterrey. Ha trabajado en las áreas de responsabilidad social empresarial y gestión desde hace 20 años.

“Nuestra meta ha sido, es y será fortalecer la participación ciudadana, poniendo en común los recursos, las voluntades y las experiencias de todos los actores involucrados en el desarrollo, cada cual haciendo aquello que le corresponde, sumando eso que conoce y que sabe hacer bien, cumpliendo con sus deberes y exigiendo el cumplimiento de sus derechos.”

Cuando hablamos de participar solemos pensar en actuar, ejecutar, llevar a cabo. En cualquier caso, se trata, invariablemente, de tomar parte en algo, pero de forma activa, comprometida y siempre produciendo resultados que se traduzcan en una mejor calidad de la vida de la persona, pero también del grupo de individuos que conforman una comunidad. Es así como lo hemos internalizado y lo promovemos desde Fundación Empresas Polar.

Ha sido nuestra forma de contribuir con el desarrollo de la ciudadanía a escala comunitaria, persiguiendo siempre el mayor beneficio de los intereses comunes de las organizaciones con las que trabajamos y fomentando la reflexión crítica y la toma de conciencia colectiva acerca de los principales desafíos que ellas enfrentan para lograr el bien común, desde lo más pequeño de la vida individual, en el ámbito privado y familiar, a lo más grande y abarcante como lo son las organizaciones sociales en su conjunto.

Nuestros esfuerzos comprenden desde el acompañamiento técnico a las organizaciones hasta la formación de sus miembros, pasando por espacios de diálogo y concertación a partir de conversatorios guiados a los que asisten habitantes de las comunidades y representantes de las organizaciones de base. Están orientados a fortalecer la identificación de problemas y necesidades, así como la búsqueda de soluciones; la visión compartida de comunidad anhelada, al tiempo de fomentar y empoderar para la formulación y ejecución de proyectos e iniciativas para el desarrollo enmarcados en esa visión.

En Fundación Empresas Polar nos motiva la participación de las comunidades no solamente para protagonizar sus desafíos y el abordaje de estos con soluciones de calidad que de manera sostenida incidan en una mejor forma de ser, de hacer y de vivir, sino para que existan cada vez más robustas, mejores y más eficientes relaciones entre ellas y sus miembros y las autoridades que ellos han elegido.

Nuestra meta ha sido, es y será fortalecer la participación ciudadana, poniendo en común los recursos, las voluntades y las experiencias de todos los actores involucrados en el desarrollo, cada cual haciendo aquello que le corresponde, sumando eso que conoce y que sabe hacer bien, cumpliendo con sus deberes y exigiendo el cumplimiento de sus derechos, con un único telón de fondo y estilo de vida en común: la democracia verdaderamente participativa.

¿Cuáles han sido los principales retos y desafíos que nos hemos encontrado?

A lo largo de nuestros ya casi 40 años de historia como fundación, hemos seguido de cerca y acompañado con nuestras acciones las formas a través de las cuales las personas se organizan y participan, entendiendo que la participación ciudadana es un proceso en el que se vinculan los ciudadanos y el Estado, en el cual podemos contribuir desde nuestra razón de ser como empresa, agregando valor en el diseño de las soluciones a los principales problemas y necesidades de nuestros vecinos, quienes se transforman en protagonistas de su propio desarrollo.

Justamente, uno de nuestros principales desafíos ha sido el de promover la colaboración y las alianzas, teniendo siempre meridianamente claro el rol que a cada cual corresponde, de acuerdo a su naturaleza, su saber y hacer característico. Nuestras decisiones y acciones han estado atravesadas por el convencimiento de que no queremos sustituir al Estado y mucho menos tomar un papel que solo corresponde a la propia comunidad.

Otro desafío importante ha sido el acompañamiento técnico a las organizaciones de base y sus miembros, las cuales son en definitiva las responsables de que se generen procesos orgánicos y efectivos de participación. En algunos casos, nos hemos encontrado con intereses particulares que privando sobre los colectivos han obstaculizado dichos procesos. También con falta de motivación y de recursos de todo tipo (humanos, materiales e intelectuales), así como poca orientación a la mejora continua.

Ello nos ha llevado a acercarnos, a escuchar, a conocer de primera mano, a pensar en voz alta conjuntamente, a brindar conocimientos y herramientas tanto para lograr un coherente y adecuado abordaje de la realidad como para que se materialicen los proyectos que la transformen, entendiendo que participación comunitaria y desarrollo local son dos hechos indisolubles.

Típicamente se nos ve como grandes, porque de hecho lo somos. Somos una empresa grande y ello ha hecho que a menudo se espere de nosotros más cosas e incluso cosas distintas de las que nos corresponden. Esto ha sido una oportunidad para dar a conocer nuestra razón de ser, nuestra vocación y motivaciones, así como para modelar y practicar permanentemente la simetría en nuestras relaciones, apostando al diálogo que incluya a todos por igual, en el que todas las opiniones tienen idéntico peso, siempre en un marco de respeto a la diferencia en el que consideramos legítimas todas las visiones, puntos de vista y opiniones.

Un tercer reto que hemos podido identificar dada nuestra convivencia con las organizaciones comunitarias, es lo relacionado a la promoción de una cultura de evaluación permanente orientada a la eficacia, al uso óptimo y transparencia en el manejo de los recursos. En algunos casos se tiende a dar una connotación negativa a los procesos de veeduría y contraloría, ya que se les asocia con fines distintos al adecuado y eficiente manejo de aquellos, lo cual ha hecho que a veces se imponga el autoritarismo y la exclusión, que muy poco o nada tienen que ver con un diálogo verdadero e incluyente.

En este contexto pensamos y hacemos desde Fundación Empresas Polar con las comunidades, incorporando a absolutamente todas las actividades y programas que forman parte de nuestra oferta para las organizaciones que hacen vida en ella, el entendimiento de la necesaria complementariedad de roles y recursos, la urgente visión de desarrollo desde la verdadera participación con impacto sostenible en el largo plazo y la comprensión de que la participación no es un fin en sí mismo, pero sí tiene un fin: que se cumplan los objetivos para los cuales ella existe; conocer y hacer valer nuestros derechos y cumplir nuestros deberes.

Nuestros compromisos a futuro

Hacia adelante, ¿qué acciones estaremos acometiendo para hacer cuál contribución al país?

  • Continuaremos ofreciendo conocimientos y herramientas que garanticen el acceso a la información de parte de las organizaciones sociales, sus miembros y del conjunto de la comunidad en general, ya que tampoco es posible participar sin conocer la información pertinente para ello.
  • Seguiremos propiciando espacios para el diálogo respetuoso e incluyente, en los cuales tengamos cabida todos los que tenemos algo que decir y hacer en los procesos de desarrollo local.
  • Mantendremos nuestros procesos de acompañamiento técnico a las organizaciones, apoyando la generación de soluciones posibles a la medida, adaptadas a las realidades y a la identidad y particularidades de cada comunidad.
  • Incentivaremos el sentido de pertenencia y la cohesión social, contribuyendo a la visión que la propia comunidad tiene de sí misma, teniendo siempre como norte el beneficio de los intereses comunitarios que sus organizaciones representan.
  • Promoveremos los liderazgos basados en la cooperación y la solidaridad, los cuales propicien la toma de decisiones bajo mecanismos democráticos, la escucha permanente de las ideas y opiniones de todos y cada uno, y el ejercicio de la ciudadanía activa y responsable.
  • Fomentaremos la organización formal de los miembros de las comunidades, de acuerdo a sus intereses particulares, pero sobre la base de los intereses del colectivo, para coadyuvar con el fortalecimiento del tejido social a partir del cual tengamos el país de ciudadanos que queremos.
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La estrategia territorial
¿Cómo nos relacionamos con las comunidades?
  • Érika Núñez
  • Coordinadora de Desarrollo Comunitario Territorio Oriente
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Érika Núñez

Socióloga egresada de la Universidad Central de Venezuela (2002), con más de 15 años de experiencia profesional en Responsabilidad Social en entonos urbanos, rurales indígenas y no indígenas, con foco en caracterizaciones socio-culturales, abordaje comunitario y gestión de programas sociales. Actualmente se desempeña como coordinadora de Desarrollo Comunitario de Fundación Empresas Polar en el Territorio Oriente.

“No somos solo un vecino más de nuestras comunidades, queremos ser el mejor de los vecinos, generando espacios para el aprendizaje, promoviendo la convivencia, identificando potencialidades y talentos, y construyendo relaciones de confianza en beneficio de cada participante y sus propios contextos.”

Todo comienza con un café, un encuentro, una conversación, un “mucho gusto”. Se trata de interacciones respetuosas en un marco de apertura. Técnicamente hablando, quienes formamos parte del equipo de Desarrollo Comunitario de Fundación Empresas Polar, podríamos decir que nos aproximamos al enfoque microsociológico y etnometodológico, para describir nuestro abordaje comunitario. Nos mueve la Pasión por el Bien, uno de los valores que forma parte de nuestros esenciales culturales en Empresas Polar. No somos solo un vecino más de nuestras comunidades, queremos ser el mejor de los vecinos, generando espacios para el aprendizaje, promoviendo la convivencia, identificando potencialidades y talentos, y construyendo relaciones de confianza en beneficio de cada participante y sus propios contextos.

Hemos realizado diagnósticos sociodemográficos y participativos que revisamos y actualizamos permanentemente, con el concurso de todas las fuerzas vivas, lo cual nos ha permitido tener visible, y directamente de los propios protagonistas, los principales retos y desafíos de cada localidad. Nuestra principal fortaleza es el equipo humano que en cada localidad está integrado por personas que viven allí y conocen de primera mano las realidades. Esto ha hecho posible contar con un portafolio de programas e iniciativas, diseñado de la mano de la Gerencia de Formulación y Evaluación de Proyectos, adaptado y adecuado a partir de las propias realidades de nuestros vecinos, considerando las particularidades de cada comunidad.

Contamos con el apoyo de organizaciones, instituciones aliadas y proveedores que comparten nuestra sensibilidad y valores, con quienes hemos crecido juntos en las localidades

Nuestra interacción en las comunidades es permanente y comprende reuniones, visitas, desarrollo de iniciativas y programas. Partimos del diseño y desarrollo de Planes de Atención a las Comunidades del Entorno de los centros de manufactura de Empresas Polar, que diseñamos a partir de la escucha activa a nuestros vecinos. Cada año compartimos resultados de nuestra gestión con las fuerzas vivas, y presentamos los planes que desarrollaremos en el siguiente ejercicio económico.

Contamos con el apoyo de organizaciones, instituciones aliadas y proveedores que comparten nuestra sensibilidad y valores, con quienes hemos crecido juntos en las localidades, y hemos potenciado nuestros esfuerzos, que se traducen en múltiples espacios de aprendizaje a la orden de nuestras comunidades vecinas, y de cada uno de nosotros.

Mensualmente, junto a representantes de los negocios de Empresas Polar de cada localidad, participamos activamente en los Comités de Entorno Local, espacios que permiten, desde cada rol, poner a la disposición del equipo ideas y propuestas para generar mejores prácticas de compromiso social, y evaluar juntos el apoyo que podamos prestar ante solicitudes que plantean comunidades e instituciones, de acuerdo al alcance y disponibilidad de recursos.

Un elemento presente en nuestras relaciones de confianza es la transparencia con la que actuamos, ya que toda la información de interés relacionada con Planes de Atención a las Comunidades del Entorno, así como temas vinculados con procesos productivos y su impacto en el desarrollo de iniciativas de compromiso social, es comunicada abiertamente por los representantes de Empresas Polar y de su fundación a los líderes comunitarios del entorno y aliados, en reuniones convocadas dependiendo de la frecuencia con que surjan las incidencias.

Nos reconocemos como un vecino sensible, un actor participativo, que con esperanza promueve y modela espacios de aprendizaje y colaboración, desde nuestro alcance y la razón de ser de Fundación Empresas Polar.

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Actívate y construye
Una red para compartir experiencias y generar conocimiento
  • Virginia Villegas
  • Especialista de Proyectos Red Actívate y Construye
    Gerencia de Desarrollo Comunitario
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Virginia Villegas

Ingeniera industrial, egresada de la Universidad Nacional Experimental Politécnica “Antonio José de Sucre”. Diplomado en Inversión Social Privada en Desarrollo de Base (Tecnológico de Monterrey, México). Desde hace 13 años forma parte de Fundación Empresas Polar, con amplia experiencia en la ejecución de proyectos comunitarios de generación de ingresos y en el fortalecimiento del capital social. Estuvo a cargo de los proyectos comunitarios: Desarrollo de la cadena agroproductiva Cacao y Mejoramiento Artesanal de Tejas y Lozas de Arcilla.

La Red Actívate y Construye es una iniciativa de la línea programática Fortalecimiento comunitario de Fundación Empresas Polar, dirigida a atender desde el 2013 a las organizaciones comunitarias de todo el país, para que compartan con otros sus experiencias, proyectos, trabajos y avances, así como generar conocimientos y saberes, que puedan ser considerados como referencia en el ámbito de desarrollo o trabajo comunitario.

Esta comunidad de aprendizajes está formada por 139 organizaciones comunitarias que han solicitado la membresía a través de la sección ÚNETE de nuestro portal redactivateyconstruye, o por identificación de nuestro equipo territorial de Desarrollo Comunitario, ubicado en cada uno de los centros de producción de Empresas Polar en todo el país.

Para ser miembro de nuestra red, las organizaciones deben completar un formato de solicitud, evaluado por un comité de selección. La solicitud es aprobada cuando las organizaciones comunitarias cumplen los siguientes requisitos:

  • Es una organización comunitaria, sin fines de lucro, de carácter social, cercana a la comunidad a la que sirve, que puede recibir recursos económicos, técnicos y humanos de otra institución, pública o privada.
  • Atiende los problemas comunitarios y necesidades de la comunidad donde hace vida, con objetivos y metas claras.
  • Posee una estructura funcional establecida, legalmente constituida.
  • Puede construir y gestionar proyectos orientados a solventar problemas identificados en su comunidad.
  • Con un proyecto en ejecución que pueda ser sostenible en el tiempo.
  • Está dispuesta a compartir sus experiencias y hacer visible las buenas noticias de su organización y las actividades que ocurren en su comunidad.

Desde que la organización se hace miembro de nuestra red, buscamos contribuir con su desarrollo y fortalecimiento, así como con la promoción y difusión de sus experiencias. Por ello, al obtener la membresía, la organización puede ser conocida a través del portal redactivateyconstruye

El portal es una de las herramientas de la red, que consta de varias secciones. En la sección ORGANIZACIÓN, se puede ver una síntesis de la organización; en la sección EXPERIENCIA, le damos visibilidad al proyecto o trabajo que están realizando las organizaciones según las diversas temáticas: salud, educación, cultura y recreación, emprendimiento comunitario, deporte, infraestructura y ambiente. En la sección NOVEDADES, se presentan las actividades que están ejecutando las organizaciones y que ayudan a cumplir con sus objetivos. Ya hemos publicado casi 400 novedades de nuestros miembros. La información que está publicada en el portal se puede compartir en todas las redes sociales; a su vez, los usuarios de la página tienen la posibilidad de comunicarse con la organización que les interese. El portal nos ha permitido dar a conocer a casi 27.000 personas el trabajo que nuestros miembros están llevando a cabo.

Igualmente, le ofrecemos un ejercicio de reflexión que consiste en aplicar una Herramienta de Autodiagnóstico para identificar sus fortalezas y oportunidades. Este ejercicio se hace en la localidad de la organización, en una asamblea con el mayor número de integrantes y cuenta con el apoyo y guía de nuestro equipo territorial. Luego de aplicar la herramienta, Fundación Empresas Polar genera un informe, que posteriormente es entregado a la organización para que, según los resultados obtenidos, ejecute un Plan de Cierre de Brechas. Nuevamente, acompañamos a la organización a llevar adelante este plan, que le va a permitir establecer las actividades por emprender para cerrar las áreas de oportunidad y consolidar las fortalezas identificadas en la herramienta de autodiagnóstico.

Cuando la organización elabora su plan, nuestro equipo territorial se reúne con sus integrantes cada seis meses, para hacerle seguimiento a la ejecución del plan propuesto. De ser necesario, en estos seguimientos se hace un replanteamiento de actividades y se conversa acerca de los aprendizajes o dificultades que se han presentado en la ejecución del plan. La meta es lograr que la organización cierre sus brechas o áreas de oportunidad en 18 meses.

Adicionalmente, para continuar el proceso de fortalecimiento de la organización, le ofrecemos:

  • Un Programa gerencial para organizaciones comunitarias, certificado por la Universidad Católica Andrés Bello, modalidad presencial-virtual, de 6 meses de duración. El programa tiene como propósito apoyar la formación del líder comunitario desarrollando múltiples competencias, entre ellas:
    • Comprender el desarrollo local y comunitario articulado al desarrollo nacional.
    • Contribuir al empoderamiento y la motivación de su comunidad para la participación y el compromiso ciudadano.
    • Multiplicar conocimientos, saberes, habilidades y destrezas, con dominios de técnicas e instrumentos para la gestión comunitaria y la incidencia pública.

Este año certificamos la tercera cohorte, con la cual sumamos un total de 510 líderes formados.

  • Otra iniciativa muy exitosa ha sido el Programa de comunicación comunitaria, que se suma al resto del portafolio de productos de la línea programática Fortalecimiento comunitario.
  • Promovemos la participación en actividades y eventos que faciliten el intercambio de experiencias entre las distintas organizaciones comunitarias. Este año llevamos a cabo el V Encuentro de Organizaciones Comunitarias: Construyendo Bienestar, donde se reunieron más de 900 personas y alrededor de 200 organizaciones comunitarias.
  • En el portal, las organizaciones cuentan con una biblioteca de documentos relacionados y material de apoyo sobre desarrollo de base y organización.
  • Los líderes y otros miembros de la organización comunitaria pueden interactuar virtualmente con los usuarios del site y con los miembros de las otras organizaciones, a través del portal redactivateyconstruye.

Finalmente, podemos decir que esta propuesta de Fundación Empresas Polar permite a sus miembros:

  • Generar, fortalecer e incrementar los vínculos y niveles de relacionamiento con y entre líderes de organizaciones públicas o privadas y comunidades.
  • Potenciar las capacidades locales y colectivas de la organización.
  • Espacios o medios para la socialización, el aprendizaje y la construcción de nuevos conocimientos.
  • Dar visibilidad a sus experiencias y proyectos ejecutados.

Estos objetivos han llamado el interés de 139 organizaciones comunitarias.